Estuve charlando casualmente con mi amigo cuando reveló que tenía una cámara oculta en su habitación.A medida que avanzaba la conversación, las cosas tomaron un giro caliente y nos vimos participando en un juego de pies travieso.La vista de sus pies desnudos contra mis piernas peludas fue suficiente para provocar algo de energía sexual intensa entre nosotros.Sus dedos comenzaron a explorar mi cuerpo, rastreando cada contorno de mi piel afeitada, y pronto, nos vimos encerrados en un abrazo apasionado.La intensidad de nuestra conexión fue innegable, y a medida que me embestía, pude sentirlo llegar a su clímax.Este encuentro gay amateur fue un viaje salvaje que nos dejó a ambos sin aliento y satisfechos.