Eliza, la secretaria sensual, tenía un secreto que guardaba oculto de su jefe.Un secreto que involucraba un apetito salvaje e insaciable por el sexo.Cuando ella se encontró sola en la habitación del motel con su amante, sus deseos no conocían límites.Era una mujer en una misión, lista para ser complacida por su miembro palpitante.Cuando él la acostó en la cama, ella abrió las piernas, invitándolo a explorar sus deseos más profundos.La vista de su hombría enviaba escalofríos de anticipación viajando por su cuerpo.Se lo llevó adentro, su boca se llenaba de su caliente y dura polla.La sensación era abrumadora, y se encontró perdida en el momento, entregándose al placer.Pero esto no se trataba solo de sexo.Se trataba de la emoción de lo prohibido, la excitación de ser atrapada en el encuentro.Y mientras continuaban su encuentro caliente, Elizant pudo ayudar sino de preguntarse si su jefe sabía la verdad sobre su salvaje y secreta vida.