Estaba sentada en mi apartamento, disfrutando de una tarde perezosa, cuando escuché que llamaron a la puerta.Peneaba la curiosidad, fui a investigar.Para mi sorpresa, un apuesto hombre amateur se puso del otro lado, buscando un encuentro amigable.Sus ojos brillaron de deseo, y no pude resistir el atractivo.En cuanto cruzamos el umbral, no perdió tiempo en bajar la cremallera de mi pantalón, dejando ver mi palpitante hombría.Con una mirada hambrienta, me llevó a su boca, sus hábiles labios y lengua trabajando su magia.La vista de él de rodillas, sirviéndome, fue un espectáculo para contemplar.Su actuación no fue nada menos que espectacular, y me vi perdido en el momento.La tensión entre nosotros era palpable, el aire espeso con deseo.Seguimos nuestro apasionado encuentro, explorando cada uno los cuerpos con abandono salvaje.Este gay amateur ciertamente había tocado la puerta derecha ese día.