La joven morena llevaba ya un rato deseando algo de acción con su amigo.Lo había estado provocando, insinuando lo que quería, y finalmente, el día había llegado.Estaba lista para montar su polla.Los dos estaban en su habitación, sirviendo el suelo como su parque de juegos.Ella estaba ansiosa por complacer, y no perdía tiempo en cabalgar su polla dura a horcajadas.Lo cabalgaba como una profesional, sus caderas se movían en un ritmo sensual e intenso.Su amigo estaba más que feliz de complacerle, sus manos agarraban sus cadera cuando ella rebotaba sobre él.La habitación estaba llena de los sonidos de su placer, sus gemidos resonaban en las paredes.Después de un rato, él estaba listo para correrse, y lo dejó salir todo, su carga caliente aterrizando en su estómago.La vista de su corrida la puso aún más cachonda, y estaba lista para la segunda ronda.