Después de la ocasión sombrío del funeral de sus maridos, esta voluptuosa y hermosa mujer gorda anhelaba un encuentro apasionado.Ella ansiaba la calidez del cuerpo de otro hombre, la rítmica follada de su amante palpitante miembro contra el de ella.A medida que ella se sentía sensualmente a horcajadas sobre mí, su amplio trasero rebotaba con cada embestida, sus deliciosas curvas invitando a mis dedos a explorar.Sus deseos no eran solo físicos, sino también emocionales, buscando consuelo e intimidad en este momento de pena.Nuestros cuerpos se movían en perfecta armonía, cada gemido resonaba en el éxtasis de nuestro placer compartido.Su amplia parte posterior era un espectáculo para contemplar, sus pechos naturales y generosos un testimonio de su voluptuosidad.Nuestro encuentro fue una sinfonía de deleite carnal, nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile tan antiguo como el tiempo mismo.La intensidad de nuestra pasión era palpable, nuestra liberación un crescendo de placer que nos dejó a ambos gastados y saciados.