Llevo años atendiendo a la esposa pastora, proporcionándole el placer que anhela.Su esposo es ajeno a nuestro encuentro secreto, inconsciente de la pasión que se enciende entre nosotros.Cada vez que ella se acerca, ella está ansiosa por montar mi enorme polla negra, sus gemidos llenando la habitación a medida que disfruta de cada embestida pulsante.Su marido puede predicar sobre la santidad del matrimonio, pero poco lo sabe, su esposa está obteniendo más satisfacción de mi gran polla negra que de él.Después de cada encuentro, ella se va, su rostro brilla de placer, su marido no es más sabio.La ironía es que su marido está predicando sobre la sanción del matrimonio mientras que su esposa está recibiendo más satisfacción de mí monstruosa polla.Es un secreto que hemos guardado durante años, un fruto prohibido al que parece que no podemos resistirnos.Y quién sabe, tal vez un día síguelo al siguiente nivel y haga público nuestro romance ilícito.Hasta entonces bien continúlvanse montando los cuerpos, nuestro placer sin igual y nuestros secretos son seguros.