Después de años de disfrutar exclusivamente de los placeres gays, nuestro joven protagonista decidió aventurarse en el territorio desconocido de la intimidad heterosexual.Alistó a su amigo bien dotado para guiarlo a través de esta nueva experiencia.Deseoso y excitado, asumió la posición del perrito en la cama, abriendo bien sus piernas para el miembro considerable de sus amigos.La vista de su culo apretado siendo penetrado por primera vez por una polla real encendió una pasión ardiente dentro de él.El intenso placer de sentir esa enorme polla dentro de él, estirando su agujero, era diferente a todo lo que había experimentado.La sensación fue tan abrumadora, tan eufórica, que no pudo evitar preguntarse por qué se había estado restringiendo a los encuentros gay todo este tiempo.El clímax de la escena fue una enorme corrida, dejándolo completamente satisfecho y con una nueva apreciación por el sexo heterosexual.