Dos hermanastras traviesas deciden hacer una visita nocturna a la habitación de sus hermanastros, pero se cuelan y se sorprenden. Su hermanastro no solo está despierto sino que espera ansiosamente su llegada. Las chicas, indisuadidas, no pierden tiempo en ponerse manos a la obra. Se desnudan y comienzan a provocar su palpitante polla, sus dedos bailan sobre su sensible piel. Las hermanastra se turnan para chupar su polla dura, sus lenguas trabajan en conjunto para volverlo loco. Pero las hermanastraS anhelan más que solo placer oral. Quieren sentirlo profundamente dentro de ellas y no tienen miedo de pedirlo. El hermanastro obliga a hundir su dura polla en el estrecho ano de la hermanastra, estirándolo hasta el límite. Las hermanastras gimen de éxtasis mientras puñetean sus agujeros abiertos, llenándolos hasta el borde. Las hermanastros se quedan jadeando y satisfechas mientras el hermanastro libera su carga caliente sobre sus pies perfectos.