Después de un día de escalofrío con mi amiga adolescente, mencioné casualmente que había recogido un nuevo consolador.Poco lo sabía, este comentario inocente prepararía el escenario para una sesión de ducha caliente.Cuando volvimos de la tienda, ella decidió probarlo en ese momento y allí.¡Hablando de un viaje salvaje!Se subió ansiosa a bordo, su lindo culo rebotando y bajando en el juguete, sus gemidos llenando el baño.Era un espectáculo para contemplar, y no pude evitar unirme a la diversión.Los chorros de agua, el vapor que empañaba el espejo y el olor embriagante del jabón mezclado con su dulce aroma hecho para una experiencia verdaderamente inolvidable.Esto no era solo cualquier ducha; era una ducha de placer, una duchade pasión, una duchar que nos dejaba a ambos sin aliento y anhelando más.