Después de un largo día de trabajo, todo lo que ansía es una buena follada y una carga caliente en mi vientre.Mi esposo, un afortunado chico, siempre ansioso por complacer, está más que feliz de complacer.Empieza dándome la atención que necesito, su lengua explorando mis pliegues húmedos, enviando estremecimientos por mi columna vertebral.Sus dedos se unen, haciéndome un frenesí.Por mucho que me encanta su lengua, ansía su polla.La tomo en mi boca, chupando y acariciando, haciéndolo gemir de placer.Puedo sentirlo acercarse, su mano se encuentra con la mía en mi vi entrecortado, acariciándose en ritmo conmigo.Sus gemidos crecen más fuerte, su agarre se aprieta, y con una embestida final, chupa su carga por todo mi vientre en espera.¡Qué manera de terminar un largo día!.