Un joven ladrón con una mueca pícara en su cara decidió entrar en un garaje a altas horas de la noche, pensando que nadie estaría cerca.Poco sabía, el dueño estaba trabajando hasta tarde en la oficina, pillándolo en el acto.En lugar de llamar a la policía, el dueño decidió enseñarle a el joven ladron una lección que no olvidaría.Ordenó al chico que se dejara caer de rodillas y le hiciera una mamada a su gran polla.El joven ladón, temiendo las consecuencias, no tuvo más remedio que obedecer.El dueño observó cómo la boca de los niños se llenaba de su monstruosa polla, trabajando duro para complacer a su nuevo amo.La oficina se convirtió en un semillero de acción ya que el joven ladron ansiosamente chupó la bigcock del dueño, su lengua bailando alrededor de la cabeza.El dueño apenas podía contener sus gemidos mientras la boca del chico trabajaba su magia, dejándolo completamente satisfecho.El joven eldrón, castigado por su robo, se quedó con un recuerdo que nunca olvidaría.