En el mundo de la codicia corporativa, una cosa está clara: el poder corrompe.Esta vez, es el jefe quien se ha pasado demasiado lejos, aprovechándose de su joven secretaria de la manera más depravada posible.Es un hombre que sabe lo que quiere y no tiene miedo de tomarlo, incluso si eso significa follársela en el suelo de la oficina.Después de una caliente paja, él le suelta su enorme polla, hundiéndola profundamente en su coño sin pelo.La secretaria no puede evitar gemir de placer mientras la golpea sin descanso.Pero el jefe aún no está hecho.La voltea y la sigue arrasando, con los dedos explorando cada centímetro de ella.Por último, le da el máximo placer, lamiendo su coño depilado, llevándola al borde del éxtasis.Este es un mundo donde el placer y el dolor se entrelazan, donde la línea entre el consentimiento y la coerción se desenfoca.Bienvenido al mundo de la depravación corporativo.