He sido una esposa devota durante años, y todos los días, me encuentro anhelando placer cada vez más intenso.Sola en la casa, decidí disfrutar de algún auto placer, mi mente se llenó de pensamientos de mi cónyuge amorosa.Cuando comencé a tocarme, mi imaginación se volvió loca, pintando la cara de mis maridos, sus ojos se llenaron de deseo, sus manos explorando mi cuerpo justo cuando estaba explorando el mío.El éxtasis se acumuló dentro de mí, mi respiración se estremecía con cada movimiento.Podía sentir la presencia de mis esposos en la habitación, su espíritu avivaba mis deseos.El clímax era abrumador, una ola de placer que me dejó débil y satisfecho.Mientras recuperaba el aliento, me di cuenta de que lo único que podía hacer este momento aún mejor era compartirlo con mi esposo.¿Y quién sabe?Quizás la próxima vez, él se unirá a mí en mi viaje íntimo.