Después de una sesión de garganta profunda que dejaba dolor de garga y sus pechos pequeños meneándose, Cassidy Kleins se encontró doblada, lista para un entrenamiento rudo.Sus agujeros apretados eran estirados por una polla masiva, dejándola jadeando y gimiendo de placer.El tipo no se contuvo, follándola duro y rápido en una variedad de posiciones, de atrás a misionero, dejando sus tetas rebotando con cada embestida.Su monstruosa polla la llenaba por completo, sin dejar espacio para nada más que placer.La vista de sus pequeñas tetas rebotando mientras se la cogían lo volvía loco, haciéndolo aún más ansioso por reclamarla.El clímax llegó cuando él lleno su boca con su caliente carga, dejándole jadeo y satisfecho.Este era un entrenamiento que nunca olvidaría, y uno que la dejó con más ganas.