Después de un agotador día en la oficina, me vi necesitado de atención médica.Por suerte, mi hermana amiga, una enfermera, estaba más que dispuesta a ayudarme a sentirme mejor.Empezó revisando mi pulso, sus dedos pastoreando contra mi miembro palpitante.Estaba claro que era más que una profesional.Sus grandes tetas deliciosas y su culo perfectamente redondo eran imposibles de resistir.No perdió tiempo en mostrar sus habilidades, tomar mi polla en su boca y hacer su magia.Pero el verdadero espectáculo comenzó cuando abrió sus piernas, invitándome a explorar su coño húmedo e invitador.No dudé, conduciendo mi monstruosa polla profundamente dentro de ella.La vista de sus tetas rebotando y su cara de gemidos fue suficiente para hacerme perder el control.La llené con mi carga caliente, dejándonos a ambos satisfechos.