Después de engancharse a Tinder, el juego estaba en marcha.Nos rodamos a una habitación de hotel, y la acción comenzó caliente y pesada.Se trataba de complacerme, sus labios haciendo magia en mi polla palpitante, sus manos acariciándome de la manera más tentadora.La anticipación se construyó mientras me provocaba con su lengua, su boca ansiosa por llevarme.El baño se convirtió en nuestro parque de juegos, el lavamanos contra nuestro escenario.Ella se dobló, su culo en el aire, invitándome a hundirme en ella.La intensidad de nuestro acoplamiento estaba fuera de las listas, nuestros cuerpos se movían a un ritmo perfecto.Tomé el control, marcando el ritmo mientras follamos duro y rápido.Sus gemidos llenaban la habitación, un testimonio del placer que estábamos compartiendo.El clímax fue explosivo, una liberación de semanas de deseo acumulado.Su cuerpo se estremeció de placer mientras yo la llenaba de mi carga caliente.La vista de ella cubierta de mi semen era pura felicidad, un final perfecto para nuestro encuentro caliente.