Ayer, mi vecina y yo decidimos darle sabor a nuestro juego de cartas con un poco de diversión extra.Tras un juego acalorado, ella terminó perdiendo y tuvo que desnudarse.Sin poder resistirme, la observé darse placer a sí misma, sus dedos bailando sobre sus pliegues húmedos.La vista fue suficiente para encender mis ganas, y me uní rápidamente, saboreando su dulce néctar.La intensa pasión nos llevó a su carpa, donde continuamos nuestro encuentro caliente.Ella correspondió con ansias, lamiéndome con hambre insaciable, llevándome a un poderoso clímax.Puede que el juego haya terminado, pero el calor de nuestra pasión solo se intensificó.