Una joven criada, cautivada por la lujuria, fue pillada por su empleador disfrutando de un acto prohibido.Había estado usando un pepino fresco, el más jugoso arrojado jamás probado, para satisfacer sus deseos carnales.Su jefe, un hombre de comportamiento severo, distaba mucho de ofenderse.Por el contrario, estaba completamente excitado por la vista.Le ordenó presentarse en la cama, su delicioso coño chorreaba de deseo.El empleador, un hombre con poder y control, ordenó a la joven criado que abriera bien sus piernas.Su polla, dura y lista para la acción, se hundió en ella, llenándola.La criada que antes usaba el pepino, ahora se encontraba tomada por su jefe miembro grueso. La habitación resonó con sus gemidos apasionados mientras la tomaba por detrás, con sus manos agarrando sus caderas.La sirvienta, ya no virgen, ahora se encontraba cabalgando la polla de su empleador, con el cuerpo moviéndose en sincronía con el de él.Su ropa fue arrancada, aumentando la intensidad cruda de su encuentro.El jefe, un amante experimentado, sabía exactamente cómo complacer a su nueva empleada.Su encuentro la dejó completamente satisfecha, su coño lleno de su carga caliente.