Dos jóvenes gays se arrodillan frente a un sacerdote, con sus cuerpos al aire y sus mentes llenas de deseo.El sacerdote, un hombre de Dios con buen ojo para el pecado, los está observando de cerca mientras confiesan sus deseos más profundos.El primer hombre, un yogurin con voz suave y una sonrisa tímida, comienza por contarle al sacerdote sus experiencias sexuales con otros hombres.Habla de la emoción de explorar su cuerpo y de la sensación de estar completamente en paz consigo mismo.El sacerdote escucha atentamente, asintiendo y animándole a que siga.El segundo hombre, un maestro con un marco musculoso y un comportamiento confiado, toma el relevo de allí. Habla entusiasmado con los hombres con los que ha tenido sexo y las diferentes posiciones que ha probado.El sacerdote asiente de nuevo, animándole a que siga hablando y explorando su sexualidad.A medida que los hombres continúan hablando, sus cuerpos comienzan a moverse, sus manos y bocas explorando sus cuerpos.El sacerdote se queda quieto, observándolos con una sonrisa en su rostro, sabiendo que está presenciando a dos hombres que se descubren por primera vez.