¡Oh, chico, tengo una historia para ti! Estaba recibiendo un masaje y las cosas comenzaron a ponerse un poco calientes. La masajista era tan buena que casi me babeaba de sus manos. Entonces, de la nada, ella comienza a besarme. ¡Quiero decir, realmente besarme! ¡Y antes de darme cuenta, estábamos encima el uno del otro! Fue como si estuviéramos en nuestro propio mundo privado, donde nada importaba más que nuestros deseos. Y déjame decirte, nos fuimos como conejos. Fue el masaje más increíble que he tenido. Así que si buscas algo extra durante tu próximo masaje, confía en mí, este video vale la pena verlo. ¡Solo asegúrate de no estar en público cuando lo haces!.