Volvía del bar y veía a mi hermanastra en la mesa de la cocina.Tenía que hacer algo, así que me la cogí.Luego nos trasladamos al mostrador, porque era más cómodo para nosotros.Me la estaba cogiendo duro y fuerte, y ella disfrutaba cada segundo de ello.Después nos mudamos al escritorio, donde seguí reventándola en diferentes posiciones.Ambos estábamos muy contentos con el sexo, y decidimos continuar nuestra sesión de reventado en otras habitaciones de la casa.Era una mañana muy caliente y excitante para nosotros, y ambos esperábamos que se convirtiera en algo habitual para nosotros.