Llevaba años ahorrando, y finalmente, mi paciencia me había dado sus frutos.Gané el premio gordo en la lotería, y llegó el momento de celebrarlo.¿Pero con quién compartir mi buena fortuna?No mi hermana, por supuesto, sino mi hermanastra, que siempre había sido un poco maciza.Sabía perfectamente lo que ella quería de mí: mi polla grande y dura.Le hice una paja, mi mano moviéndose al ritmo con mi corazón follando en mi pecho.Luego, dejé que me metiera hasta el fondo de su boca, sus habilidades en mi polla me volvían loco.Pero eso no le bastó.Quería más, y estaba más que dispuesta a complacer.Me la follé duro, mi polla entrando y saliendo de su apretado coño, sus gemidos llenando la habitación.Era una cogida salvaje, apasionada, que nos dejaba a ambos sin aliento y satisfechos.