El día había sido largo y agotador para la joven belleza asiática de 18 años, que finalmente pudo colarse en su habitación para relajarse.Poco sabía ella, su padrastro mayor había estado acechando entre las sombras, esperando este momento.Cuando ella se acostó en su cama, sintiendo la calidez de su piel suave contra las sábanas frías, se sorprendió por el toque inesperado de la mano de sus padrastros en sus partes íntimas.Sus dedos exploraron cada centímetro de ella, enviando estremecimientos por su columna.La jovencita quedó desprevenida, insegura de cómo reaccionar.Observó mientras continuaba su implacable asalto, su lengua bailando sobre sus sensibles pliegues, dejándola sin aliento y anhelando más.Este encuentro amateur entre la joven adolescente y su padraforastro fue una delicia prohibida, una mezcla de inocencia y deseo que dejó a ambos deseando más.