No soy el tipo de chico que entra en la escena habitual del club, pero cuando se trata de mi amada, haré lo que sea necesario para hacerla feliz.Entonces, cuando expresó su deseo de ver una verdadera y auténtica actuación de baile, no pude evitar complacerme.Me puse mis mejores zapatos de bailar y mi ropa más seductora, lista para entregar una actuación que la dejara sin aliento.Mientras tomaba el piso, mis movimientos eran suaves y sensuales, cada paso diseñado para provocar y tentar.Mi cuerpo se movía al ritmo con la música, cada curva y contorno en exhibición para sus ojos ansiosos.La lencería, un testimonio de mi amor por ella, acentuaba cada vaivén y brillo.Esto no era más que un baile; fue una seducción, una celebración de nuestro amor.Y a medida que las notas finales se desvanecían, sabía que le había dado exactamente lo que ella quería.