En medio de un baile sensual, me encontré atraída hacia la mirada de mis padrastros.Sus ojos se llenaron de lujuria y deseo mientras me miraba balancearse al ritmo.Incapaz de resistir su seducción, decidí ceder ante nuestras urgencias primarias.Cuando nos movíamos el uno hacia el otro, la tensión se intensificó, culminando en un abrazo intenso.Sus fuertes manos exploraban cada centímetro de mi cuerpo, sin dejar parte intacta.Su toque era suave y firme, enviando estremecimientos a mi columna vertebral.Cuando me desnudó, no pude evitar gemir de placer.Sus hábiles labios y lengua trabajaban su magia en mis áreas más íntimas, volviéndome loco de deseo.El ritmo de nuestro amor reflejó el compás de la música, creando una sinfonía de placer,.Su grueso miembro de ébano se hundió profundamente en mí, llenándome con su caliente y palpitante hombría.La sensación fue agobiante, llevándonos a ambos al borde del éxtasis.Finalmente soltó su cálida carga, marcando el final de nuestro apasionado encuentro.