En un reino donde el dominio reina supremo, la despampanante Helena Price se encuentra atada y vendada, cumpliéndose todos sus deseos.Sus seductores ojos marrones quedan sin ser vistos, sin embargo su ansia de control es palpable.Cuando ella se rinde ante el mando de su amante, él la toma por detrás, sus manos explorando sus deliciosas curvas mientras sus propios dedos bailan sobre su propio cuerpo.La vista de su glorioso culo, adornado con un atuendo diminuto, es una invitación tentadora para su pareja.No puede resistir las ganas de adentrarse en sus profundidades, su lengua explorando cada centímetro de su placer.Cuando se arrodilla ante él, sus labios lo llevan ansiosamente a su boca, preparando el escenario para un clímax explosivo.La culminación de sus deseos es una carga caliente de semen, decorando su rostro.Este es un mundo donde el dominio es la clave, y Helena Prece es la reina.