En un mundo donde los secretos son tan tentadores como la fruta prohibida, yo, tu humilde narrador, me encuentro en un estado de perpetuo enredo con el atractivo del crossdressing.Este no es solo un simple caso de curiosidad, sino un anhelo profundamente arraigado que me consume.La emoción de resbalarme en lencería sedosa, la sensación de satén contra mi piel, y la forma en que acentúa mi excitación es innegable.Cada día, me encuentro sucumbiendo a este deseo, mi cuerpo pulsante con anticipación al alcanzar mis bragas de encaje rosa favoritas.La vista de mi abultada masculinidad en tal atuendo femenino es un espectáculo a contemplar, un testimonio de mi combinación única de feminidad y masculinidades. Esto no es solo un acto en solitario, sino una confesión diaria de mi humillación sexual, un testimonio del fetiche de mi sissyboy.No me avergüenza; más bien, me regocijo con mi orientación sexual única, abarcando mi fetiche cruzado y la humillación que lo acompaña.Esta es mi verdad, mi confesión, y espero que disfrutes viendo tanto como yo disfruto realizando.