En un sorprendente giro de los acontecimientos, me topé con una amateur en la ducha.Este inesperado descubrimiento llevó a un intrigante encuentro al que no pude resistir.La vista de esta belleza inocente con cara fresca, de pie bajo el agua en cascada, encendió un deseo primario dentro de mí.Me encontré atraída por ella, mi cuerpo respondiendo a la disimulación prohibida.Mientras me acercaba, las gotitas de agua que brillaban en su piel, no pude evitar las ganas de tocarla.Nuestros cuerpos se entrelazaban en los confines calientes del baño, el agua sirviendo como nuestra única lubricación.El ritmo de nuestros cuerpos sincronizando con el ritmo de la ducha, creando una sinfonía de placer.La emoción de ser pillados solo se sumó a la excitación, haciendo cada roce más intenso, cada gemido más reverberante.El agua enjuaga nuestro sudor y pasión, dejándonos a ambos sin aliento y satisfechos.Una ducha nunca había sentido tan vigorosa, o tan erótica.