Después de un largo día de trabajo, decidí tratarme a un masaje relajante.Elegí a una terapeuta de masajes asiática, esperando cierta atención extra.La masajista era hábil y sensual, sus manos amasaban expertamente mi tensión.A medida que avanzaba la sesión, podía sentir mi excitación creciendo.Hice un movimiento audaz, guiando sutilmente su mano hacia mi miembro palpitante.Para mi sorpresa, ella parecía intrigada y comenzó a acariciarme con un ritmo tentador.La vista de esta delgada belleza asiática complaciéndome estaba increíblemente excitante.Con cada golpe, me acercaba al borde, hasta que finalmente, no pude contenerme más.Solté una enorme corrida, que ansiosamente cargó con su lengua.La visión de ella disfrutando cada gota de mi liberación me dejó sin aliento.Este masaje amateur se había convertido en una experiencia realmente inolvidable.