Después de un largo y agotador día, decidí tratarme a un sensual masaje.Me desnudé por completo, sin dejar nada a la imaginación.Me acosté boca abajo, y con un toque delicado, comencé a aceitar mis nalgas suaves y la vagina afeitada.La piel brillante brillaba bajo la luz suave, y la habitación se llenó de un agradable aroma a aceite.Mientras el masaje continuaba, mis manos de masajista recorrían mi piel aceitada, provocando una agradable sensación de cosquilleo.El aceite hacía que sus manos resbalaran sin esfuerzo, y su toque me estremecía por la columna.Sus dedos trazaban el contorno de mis nalgotas, explorando cada centímetro de mi piel acelitada. La vista de mi piel brillando bajo la luz, combinada con el suave toque y aroma a aceite, creó una experiencia increíblemente sensua.Cuando el masaje llegó a su fin, me vi sintiéndome increíblemente relajada y excitada.La sensación del aceite en mi piel, combinada con la suave sensación de tacto, me dejó increíblemente satisfecha.