Era la mañana de Navidad, y la familia se reunía alrededor del árbol, intercambiando regalos.La madrastra, una zorra voluptuosa con amplio pecho, no pudo evitar notar las miradas agradecidas de su hijastro.Decidió tomar el asunto en sus propias manos, quitándose el top y llevando a los dos hombres a la habitación de huéspedes para una prueba tabú.El encuentro rápidamente fue escalando, con la suegra uniéndose, convirtiéndola en una orgía salvaje.El suegro, sin querer desaprovechar la acción, se unió a la refriega, convirtiéndolo en un verdadero asunto familiar.La cámara capturó cada momento de la escapada erótica, desde el juego previo apasionado hasta el intenso clímax.Este era un regalo de Navidad que se recordaría por años venideros.