Mientras entraba en la habitación, estaba Sandra Romains, una belleza morena despampanante, recostada en el sofá, sus cerraduras deliciosas y sus tacones seductores que me cautivaban instantáneamente.No pude resistirme al atractivo de su lencería seductora, y sabía exactamente lo que quería - para que ella me placera con su talentosa lengua.Ella complacía, su lengua explorando delicadamente cada centímetro de mi miembro palpitante, llevándome loco de deseo.La sensación de sus labios suaves y sus hábiles dedos que trabajaban su magia en mí era abrumadora.Su provocación tentadora, combinada con su exquisita lencería y sus irresistibles tacos, me tenía al borde del éxtasis.Mientras continuaba trabajando su magia, me vi incapaz de contenerme más tiempo.Con un gemido de pura satisfacción, solté mi cálido y pegajoso semen sobre toda su cara de invitación.La vista de ella, adornada en sus seductores tacos y lencería, fue una visión que me dejó sin aliento.