Después de un largo y agotador día de trabajo, decidí tratarme a un relajante masaje.No tenía idea de que esto iba a ser algo más que un simple roce en la espalda.Nada más mis manos de masajista comenzaron a trabajar en mis músculos, podía sentir una extraña sensación recorriendo mi cuerpo.Era una urgencia irresistible, un tirón magnético hacia ella.Su suave toque estaba enviando ondas de deseo a través de mí, haciéndome anhelar más.Ella podía sentir mi excitación y decidió aprovechar el momento.Lo que sucedió a continuación fue un apasionado intercambio de placer, un baile de deseo que nos dejó a ambos sin aliento.La intimidad de nuestro encuentro fue más allá de todo lo que había experimentado.La forma en que ella me tocó, la forma en que me hizo sentir, era como nada que hubiera sentido antes.Fue un momento de puro éxtasis, un batimiento de deseo que a ambos nos dejó sin alientos.El recuerdo de ese momento será grabado para siempre en mi mente, un testimonio del poder del toque humano.