Un joven, gay amateur descendió ansiosamente sobre un gloryhole, sus ojos brillaban con anticipación.Había estado anhelando la emoción de lo desconocido, la excitación de lo prohibido.Cuando se inclinaba, sus labios se separaban en ansiosa anticipación, su lengua lista para saborear el dulce néctar del misterioso hombre detrás de la pared.De repente, una cálida y pegajosa sorpresa se encontró con su ansiosa lengua.El clímax del hombre desconocido un testimonio de su placer, una recompensa para los jóvenes gays tentando el provocador.Sus ojos se abrieron de sorpresa, pero no se apartó.En cambio, saboreó el sabor, su lengua se agitaba alrededor del gránulo de semen, carciéndolo con ansias.El joven gay se sorprendió, pero también estaba increíblemente excitado.La emoción del sorpresa, el sabor del semen, todo combinado para hacer de este el encuentro más memorable en el glory hole que jamás tuvo.Y sabía que volvería por más, ansioso por ver qué otras sorpresas tenía en almacén la noche.