B, una hábil zorra, decidió darle sabor a su sesión de masajes con una pequeña competencia.Comenzó dándole una mamada alucinante a su pareja, sus labios expertamente envolvieron su polla palpitante.Ni uno que se perdiera la acción, le dejó devolver el favor, su coño esperando ansiosamente su lengua.La piel aceitada se deslizó una contra la otra en un baile sensual, sus gemidos llenando la habitación.El juego comenzó, una prueba de destreza oral.Se turnaron, cada uno intentando hacer que el otro llegara al clímax primero.Creció la intensidad, sus cuerpos se retorcían de placer.El clímax del juego era una follada brusca, sus cuerpoes entrelazados en el último acto de satisfacción.Puede que la competencia haya terminado, pero los recuerdos de su sensusual masaje se quedarían encendidos.