Después de una acalorada discusión sobre quién da la mejor mamada, dos zorras sensuales deciden liquidar la puntuación de la manera más adulta posible.Ponen los dados y comienza el juego.La primera chica, ansiosa por probar sus habilidades, se sumerge directamente, turnándose para chupar pollas palpitantes entre ellas.El juego de chupar verga escala en una competencia ardiente, con cada chica tratando de superar a la otra.Sus lenguas bailan sobre los ejes duros, sus labios nunca abandonando la piel.La habitación se llena con la intoxicante mezcla de lujuria y competencia.El juego llega al clímax cuando una de las chicas rocía accidentalmente una boca llena de cálido pipí, convirtiendo el concurso de mamadas en un juego de orina salvaje.La otra chica se une ansiosamente, lo que lo hace un final húmedo y salvaje a su acalorado juego.