Servir a mi ama es lo único que sé, y lo hago con placer.Hoy, tenía la tarea de probar su dulce néctar, la esencia de su feminidad.Me arrodillé ante ella, mi lengua lista para explorar.Desveló su zona más íntima, una vista que siempre me hacía débil en las rodillas.Lamí su crema, saboreando cada gota, sintiendo el éxtasis circulando por mis venas.Mi ama observaba, una sonrisa diabólica en su rostro mientras se entregaba a su propio placer.El sabor era celestial, la vista de ella, una verdadera diosa, era suficiente para hacer débil a cualquier hombre.Pero no era solo un hombre, yo era su humilde esclavo cornudo, y saboreaba cada momento, cada sabor, cada gota de su dulce nucar.