Finalmente, llegó el esperado momento.Después de meses de fantasías, mis hermanastras y yo decidimos llevar nuestros deseos tabú a un nuevo nivel.Llevamos viendo cómo nos desnudamos, nuestras miradas se demoraban en cada curva y contorno, nuestros corazones aceleraban con anticipación.Ahora, era el momento de actuar en nuestras fantasias prohibidas.Nuestra dinámica de familiastra siempre había sido cargada de electricidad, pero ahora, estábamos a punto de cruzar una línea de matrimonio nunca cruzada antes.Como la hermanastra más joven se desnudó primero, su suave cuerpo brillaba en la tenue luz, pude sentir mi excitación edificándose.Sus labios se envolvieron alrededor de mi polla, una tentadora mezcla de inocencia y deseo.El otro paso miró a la hermana, sus ojos se llenaron de anhelo, ya que esperó su turno.Esto fue solo el comienzo de nuestra salvaje aventura erótica.