Mientras ahondaba en las profundidades de mi novia, sus gemidos se hicieron más fuertes.Podía sentir su inminente orgasmo, y era todo lo que necesitaba para desencadenar el mío.La habitación se llenó con su dulce aroma, un testimonio de su excitación.Con una embestida final, su clímax chocó con el mío, creando una caliente y cremosa explosión de placer.