Mi amigo estaba pasando por un mal momento, sintiendo hacia abajo y hacia afuera.Podía ver que no estaba en un buen lugar, pero sabía justo lo que necesitaba para levantar el ánimo.Le ofrecí mi polla, sabiendo que le encantaba la sensación de ella en su cuerpo.Al principio, dudaba, sintiendo lo mejor que podía.Pero verlo sentarse en mi pene, sintiendo la calidez y el placer, le trajo una sonrisa en la cara.Era un pequeño acto, pero marcó una gran diferencia.Me mostraba el poder de la conexión física, de compartir el placer de sacar a alguien de su burla.Y para él, era un recordatorio de las cosas que lo hacen feliz, aunque no fuera suficiente para ahuyentar su blues por completo.Pero por un momento, compartíamos una conexión, un momento de placer que lo ayudó a sentir un poco mejor.