Urvy, una joven india, era consumida por sus intensos deseos de sexo.Estaba tan desesperada que decidió llamar a los vigilantes para cumplir sus ansias carnales.Los vigilantes, sorprendidos por su audaz petición, dudaron al principio.Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que no podían resistirse al atractivo de esta hermosa y cachonda mujer.Urvilínea, con sus curvas deliciosas y encanto seductor, era irresistible.Los observadores, incapaces de resistir su tentación, cedieron a sus urgencias primarias.La llevaron justo allí, contra la pared, sus cuerpos se entrelazaron en un apasionado baile de lujuria.Los vigilanos, uno tras otro, se sumieron en ella, sus movimientos rítmicos y poderosos. Urvidos, perdidos en las agallas del placer, se entregaron por completo.La vista de sus retorcimientos en éxtasis bastó para volverlos locos.Continuaron su implacable búsqueda, sus cuerpos moviéndose en perfecta armonía, su lujuria alcanzando un tono de calentura.Este encuentro los dejó a todos sin aliento, sus cuerpoes gastados y sus deseos saciados.Urvios de apetito insaciable por el sexo la habían llevado a los vigilantes, y habían más que satisfecho sus deseos.