Siempre he estado intrigada por mi hermanastro.No porque ella sea mi hermana, no, sino por el divino néctar que le cabalga.Siempre que estaba sola, me encuentro atraída hacia ella, obligada a explorar lo más profundo de su placer.Y cada vez que lo hago, soy recompensada con el sabor más exquisito.Es una mezcla embriagante de dulzura y desierto, una combinación que me deja anhelando más.Hoy, como nuevamente nos quedamos solos, no pude resistir más.Fui directo por ella, mi lengua ansiosa por probarla.Ella gemía de placer mientras yo la lamía, mis dedos trabajaba su clítoris.Fue un espectáculo para contemplar, la forma en que se retorcía debajo de mí, su cuerpo se arqueaba mientras la engatusaba más cerca del borde.Y cuando finalmente se corrió, el sabor de su clímax fue aún más intoxicante que antes.Fueun momento de éxtasis puro, uno que recordaré por mucho tiempo.