Me topé con mi hermanastra dándose placer en el baño de invitados.La vista de su retorcimiento en éxtasis era demasiado para resistirme.No pude evitarlo, debía tenerla.Me acerqué a ella, mi corazón follando en mi pecho.Me miró, con los ojos bien abiertos de sorpresa y deseo.Pude ver la anticipación en sus ojos, el anhelo de mí.Saqué mi gran polla negra y se la ofrecí.No dudó, metiéndoseme profundamente en su boca.Su hábil trabajo de garganta me tenía gimiendo de placer.Luego, volví mi atención en ella, deslumbrándola con el mismo fervor.Follamos duro y rápido, nuestros cuerpos se movían a un ritmo perfecto.El clímax fue explosivo, un testimonio de nuestro prohibido amor.La llené con mi semilla, marcándola como mía.