En este cuento tentador, una prostituta seductora, espera con ansias la llegada de su nuevo cliente.Ella se viste con lencería seductora; sus curvas acentuadas por la delicada tela.Como ella se sienta en un sofá de punta, no puede evitar admirar su entorno, las lujosas canteras vivas de sus clientes suegros.El hombre que entra no es el hijo, sino el suegro, y él está igual de cautivado por la vista de ella como lo está por su opulenta casa.Su impresionante tetona melena es un espectáculo para contemplar, y no puede resistir las ganas de pasarle los dedos.El encuentro que sigue es intenso y apasionado, sus cuerpos entrelazados en un baile de deseo.Lo entrega con su generoso pecho y voluptuoso derriere, mientras él le explora cada centímetro de hambre insaciable.El clímax es explosivo, dejándolos a ambos sin aliento y satisfechos.Este es un cuento de placer prohibido, donde se empujan los límites y se cumplen los deseos.